La brisa de la noche me recuerda tu ser.

Algo extraño pasa corazón, no llueve en esta ocasión, y sin embargo, veo decender gotas de agua, más creo que emanan de esa fuente invariable y segura que se encuentra en mi interior, si, lágrimas son.
No hay en mi cuerpo una sola célula que no te extrañe, sin ti, me siento como hija del desierto, en este momento mi pensamiento deja caer una cascada de recuerdos inolvidables, y me siento inundada de nostalgia, esos recuerdos penetran en mi corazón y una tempestad de angustia cae con toda su intensidad sobre mi alma, mis pupilas visualizan olas de color gris a mi alrededor, convirtiéndolo todo en una lujubre tristeza.
Pienso que las personas deben de cerrar los labios siempre que puedan, antes de decir una verdad que tenga visos de mentira, por que, se exponen a avergonzarse sin tener culpa alguna, pero ahora no puedo callar.
Te llevo clavado en el alma, contigo intento deshacer el nudo de mis quebrantos, tu que con solo tocarme logras en mi algo divino, si, solo tus más delicadas caricias bastan para hacer vibrar mi cuerpo descomunalmente, eres como el viento cuando acaricia mi rostro y al mismo tiempo juega con mis prendas queriendo despojarme de ellas para elevarme hasta el cielo. Te respiro y penetras en lo más profundo de mi ser, ya no pienso guardar silencio jamás, debo decirte  cuanto en verdad te amo, no dejaré pasar un solo momento a tu lado para que tus ojos puedan descubrir lo que tu pensamiento no ve con claridad, mi voluntad será indomable y el tiempo logrará cambios en mi, por que para los grandes amores, el tiempo no corre jamás.

Seré tu guía, tu amiga, tu amante, he de ayudarte a encontrar el eslabón
de la felicidad y juntos llenaremos de dicha nuestro destino.